Estilos de vida

La manera en como viviremos nuestra adultez puede estar determinada en el estilo de vida que se lleva durante la juventud o incluso durante la misma etapa, por ello es importante conocer los dos estilos de vida que podemos elegir. Uno de ellos es el estilo de vida saludable, la manera positiva en cómo la gente se comporta con respecto a la exposición a factores  presentes en la vida cotidiana como lo es una buena alimentación, realizar ejercicio, tomar agua regularmente, etc. Mientras  tanto un estilo de vida insano tiene que ver con  aquellas conductas nocivas para la salud.         
Existen autores como Echarri y Pérez  (2007), que ponen de manifiesto información para que se tengan evidencias científicas que demuestran, de manera inobjetable, los riesgos a la salud a los que se someten adolescentes en diferentes ámbitos de su cotidianeidad. Así como también algunos otros  aspectos de la transición epidemiológica en adolescentes, y las acciones que se han desarrollado en México a través de los programas de acción y formas innovadoras de organización para fortalecer los programas en beneficio de la adolescencia. Es importante explorar la transición de la juventud a la adultez en México, dado que el convertirse en adulto puede tener significados divergentes, entenderemos este proceso como la ocurrencia o la ausencia de eventos que desde una perspectiva socio demográfica forman parte de la transición a la edad adulta (Corijn, 1996, Citado en Santos, 2003). Ciertamente más que un conjunto de eventos que ocurren de manera ordenada a lo largo del curso de vida de los jóvenes, es un proceso en el cual cada joven elige, o se ve obligado a seguir, una trayectoria que finalmente lo convertirá en adulto (Hogan y Astone, 1986, citados en Santos, J. 2003).
Tal vez el elemento más importante se refiere a la elección de hábitos, es un aspecto dado de la transición; y que la juventud mexicana tiene poco control de su vida, que en la ocurrencia y el calendario de las transiciones los elementos familiares y sociales desempeñan un papel determinante. Por ello, al hacer un balance de la calidad de la vida, es importante considerar tanto los estados y procesos internos o subjetivos como los estados y procesos objetivos o externos, teniendo en cuenta múltiples cualidades y condiciones vitales del hombre (Contreras, 1985, Citado en Trujillo, Tovar y Lozano,  2004), tales como factores sociales, culturales, históricos, económicos, políticos y biológicos, y psicológicos, que constituyen la vida y el desarrollo de los seres humanos. Al concebir la calidad de la vida como la interrelación dinámica (Neef, Elizalde y Hopehayn, 1985, Citado en Trujillo, Tovar y Lozano, 2004) plantean que «La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer adecuadamente sus necesidades fundamentales.»

Es así que una de las propuestas es establecer acciones inmediatas, que nos permitan detener los daños y riesgos y fomentar la salud con la participación directa y activa de adolescentes, para lo que es necesaria la definición de las acciones como uno de los retos actuales en el diseño de la atención a la salud. El reto más grande es cambiar el paradigma de un enfoque de atención a daños de la salud, a un enfoque de estilos de vida sana.

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