Factor Cognitivo

Además Zacarés y Serra (1996) presentaron un estudio empírico centrado en la perspectiva legal, con el objetivo de indagar en el conocimiento implícito sobre la madurez psicológica que poseen los adultos; y encontraron que en los diferentes grupos de edad sostienen distintas perspectivas del ciclo vital. Mientras que los jóvenes adultos necesitan confiar en sus expectativas y estereotipos sobre el desarrollo adulto, los adultos mayores pueden elaborar su visión del curso vital a partir de abundantes experiencias: de situaciones, de interacciones e incremento de la propia conciencia del yo (Kimmel, 1990 citado en Zacarés y Serra, 1996).

Schade, Gutiérrez, Uribe, Sepúlveda & Reyes (2003), realizaron una investigación con el objeto de comparar la relación entre emociones, nivel sociocultural, percepción de la capacidad de memoria y ejecución en tareas de memoria entre adultos mayores y adultos de entre 30 y 87 años. Para ello utilizaron una prueba de Percepción de la Capacidad de Memoria y una prueba de Memoria, y correlacionaron las variables a investigar. Los resultados mostraron correlaciones significativas positivas entre la edad y la percepción de capacidad de memoria implícita y semántica, pero inversa con la memoria operativa. Además, se encontró una relación significativa negativa, entre edad y ejecución en tareas de memoria y en los distintos subsistemas de memoria: operativa, episódica y semántica. También, se encontró una correlación significativa positiva entre la percepción de la capacidad de memoria y el nivel sociocultural; aunque no así en su ejecución. Por último, se encontró una relación positiva entre la percepción de capacidad y la ejecución de tareas de memoria. Aunque es primordial considerar que el rendimiento de los adultos mayores no sólo se ve influido por factores culturales sino también por factores de declinación biológica natural, además de que la memoria mide el conocimiento acumulado a través de la vida, siendo sensible al conocimiento adquirido por las personas en cualquier etapa de la vida.

Solanlly, Aragón y  Caicedo (2005) en un intento de revalorizar las teorías existentes sobre la memoria en la edad adulta, realizaron una revisión de  47 reportes de investigación publicados entre 1995 y 2005, para lo que reseñaron y organizaron los resultados en una matriz que permitió categorizar las variables abordadas en los estudios, las que en la mayoría de los casos se perpetuaba el estereotipo cultural negativo sobre el declive de la memoria asociada al proceso de envejecimiento; y en menor cantidad, investigaciones que evidencian un estereotipo positivo caracterizado por la estabilidad en el funcionamiento de la memoria hasta edades avanzadas. Esto plantea interrogantes acerca de la pertinencia de los diseños metodológicos y los instrumentos empleados durante los últimos años para evaluar la memoria y la metamemoria en este grupo poblacional, por lo que habría que reformular el enfoque desde el que se investigan estos procesos cognitivos, para así averiguar si verdaderamente hay un declive de las funciones cognitivas en la adultez, que no se deban por supuesto a deficiencias de tipo fisiológico.

Las emociones son un factor importante en la vida adulta, pues estas siempre se encuentran en nuestra vida e influyen en varios aspectos, como el cognitivo y el físico, por lo que es muy importante poder controlarlas, ya que si se logra, la salud del adulto se verá beneficiada. Siempre se ha pensado que a mayor edad, se facilita controlar las emociones, con un mayor raciocino.  Al respecto Fernández, Losada, Márquez y Montorio, realizaron un estudio en el 2008, en el cual participaron 160 personas, de tres grupos de edades distintas de adultos jóvenes, lo que arrojó que, si bien mientras uno es mayor se tiene más control emocional pero las emociones positivas se viven con menor intensidad; y por otro lado los adultos jóvenes tiene más emociones positivas pero no un buen control emocional subjetivo y buenos mecanismos de regulación emocional; por otro lado los adultos de edad media al encontrarse en esa transición presentan cierto equilibrio tanto en la intensidad de las emociones como en el control y mecanismos de regulación de las mismas.